Viaje en el tiempo. Barranquismo en Cabo Verde.

Hace ya un año y medio de nuestro viaje a Cabo Verde, del RIC2009, que tuvo lugar en la isla de Sto Antão, y hasta ahora no he sido capaz de dar forma a un texto que resuma esas dos semanas allí. Y cómo suele decirse que más vale tarde que nunca, pues aquí van unas líneas que resumen nuestro paso por uno de los destinos de barranquismo más peculiares a nivel mundial.
Tendría primero que haber sido capaz de separar el motivo del viaje allí; la práctica del barranquismo y el RIC2009, de la experiencia del viaje en si. Pero resulta muy difícil saber por donde empezar, cuando el objetivo de tu viaje pasa a un segundo plano en cuanto a vivencia y emociones. Y es que viajar a Cabo Verde es hacer un viaje en el tiempo.
Situadas en el Océano Atlántico, las islas de Cabo Verde son un pequeño paraíso por descubrir.
El archipiélago esta formado por diez islas volcánicas y 5 isletas.
Las islas (según su posición sobre el viento) están divididas en dos grupos : Barlovento y Sotavento.
Las islas de Barlovento son las formadas por: Boa Vista, Sal, Santo Antao, Sao Nicolau, Sao Vicente y Santa Luzia(deshabitada).
Las islas de Sotavento son las formadas por: Fogo, Brava, Maio y Santiago.
Con un clima tropical templado seco sahariano y escasas lluvias, cuenta Cabo Verde con una temperatura que oscila entre 20ºC en Invierno y 25º C en Verano, siendo su media anual de 24º C .
A pesar de haber escasas lluvias, la época de las mismas son de Agosto a Octubre, siendo la época más seca entre los meses de Noviembre a Julio.
El viaje hasta Cabo Verde no es sencillo, y son diferentes las combinaciones para llegar hasta Sal o Santiago, que son las islas con aeropuerto internacional hasta la fecha, aunque están trabajando para que también lo sea el de San Vicente.
Nuestro viaje hacía escala en Lisboa, para tomar allí un vuelo a la Isla de Sal, y desde allí otro hasta San Vicente, donde tomamos el ferry que nos llevaría hasta Santo Antão, destino final de nuestro viaje, y donde pasaríamos las dos semanas siguientes.
Cuando aterrizas en Sal, ya te das cuenta de que algo es diferente aquí abajo. El control antes de embarcar para San Vicente no existe, y el avión de motor de hélices es de reducidas dimensiones. En lo primero que uno piensa es en si este aparato es capaz de elevarse y mantenerse en el aire. Una vez en vuelo te preguntas si las corrientes de aire que nos azotan no nos lanzaran al mar!!!
Del aeropuerto, situado a las afueras de la capital de San Vicente; una bonita ciudad llamada Mindelo, nos trasladamos al puerto para sacar los billetes del Ferry que tomaremos en la tarde.
Aprovechamos el resto de la mañana para recorrer Mindelo, sus calles y mercados y el paseo marítimo.
Hace calor, y como venimos del frío la sensación de calor es aun mayor.
En el paseo marítimo encontramos una especie de corrala con mucho encanto, es el club nautico, parece acogedor y fresquito y nos apalancamos un ratito a la sombra, tomando unos refrescos y echando una cabezadita, porque hemos mal dormido en el aeropuerto de Sal, esperando nuestro avión.
Hemos compartido vuelo con unos franceses que también venían al encuentro, y a quien que por cierto, han extraviado el equipaje donde llevaban los arneses y los cascos, y nos hemos encontrado ya a nuestros amigos italianos, parece que estaremos como en familia!!!.
Comemos, por recomendación del taxista, en la cofradía de pescadores, a buen precio y en cantidad, mientras hacemos tiempo para tomar el Ferry.
Una vez en el Ferry choca el hecho de que reparten bolsitas para el mareo y es que el mar entre San Vicente y Santo Antão, está bravo muy a menudo, debido al fuerte viento que sopla casi constantemente. ¡¡¡¡Y es increible el frio que hace en cubierta!!!
En el puerto en Sto Antão, nos esperan para llevarnos al hotel, que es el único en toda la isla en su categoría. La organización ha negociado para la ocasión precios especiales para los asistententes al encuentro. Este será nuestro campo base.
El hotel se sitúa en el sur de la isla en la ciudad de Porto Novo, y la mayoría de los descensos se encuentran al Norte, con lo que tendremos que desplazarnos cada día que decidamos hacer actividad.
Tambien para la ocasión la organización ha pensado en el desplazamiento y nos proponen utilizar transporte colectivo con chofer que de paso nos hace las combinaciones de vehículos lo que resulta ideal porque no tienes que preocuparte de más. Y es que si decides hacerlo por tu cuenta está el problema añadido de no conocer los accesos y retornos, porque además, la cartografía existente no es muy precisa y no es fácil encontrar los caminos de acceso y retorno de los barrancos, si no se conoce un poco la isla.
El carácter agreste y escarpado de la orografía de Sto Antão encierra vertiginosos barrancos, excavados por el agua en otra época en la que esta isla, fue la fuente de Cabo Verde. Hasta aquí llegaban barcos cisterna, que transportaban el agua a otras islas con menores recursos hídricos. Hoy eso forma parte de la historia y del pasado, por que lo cierto es que es difícil ver correr el agua, al menos en esta época; la estación seca.
Por ese motivo algunos, los más amantes de grandes caudales quedaron tal vez decepcionados por la falta de agua en la mayoría de los descensos, pero esto ya se sabía de antemano.
Practicar barranquismo en Sto Antão es viajar al corazón de una isla, donde los senderos de acceso y retorno están trazados no para el descenso lúdico, si no para la búsqueda y aprovechamiento del tan preciado liquido,
Aquí la vida no es fácil, sus gentes han tenido que adaptarse a esta abrupta isla, sacándole el máximo provecho, de donde se puede sacar provecho.
El cauce de barrancos y ríos es donde se encuentra la tierra fértil, en esta isla volcánica, y el lugar donde se almacena el poco agua que después de las lluvias no se marcha al mar. Así pues los Caboverdianos de Sto Antão han tallado vertiginosos senderos en las abruptas paredes de sus barrancos para cultivar, aunque solo sean dos metros cuadrados de tierra que les ofrezcan comida y bebida.
Si la parte norte de la isla, la mas rica, la húmeda, es sorprendente; no lo es menos la parte seca.
El agua se ha abierto camino excavando entre las betas de basalto y las cenizas volcánicas, tallando lugares realmente mágicos y dejando a la vista rocas y minerales, que harán las delicias de los amantes de la geomorfología.
Tuvimos la oportunidad de recorrer 2 de los descensos más largos en esta parte de la isla.
Ambos descensos terminan siendo extenuantes, no tanto por su dificultad técnica; que en cierto modo la tienen, y cada uno la suya; pero si por el sol y el calor que se encargan de hacer mella durante los 1200m de desnivel en aproximadamente 10 km. que se recorren, casi hasta el mar.
Las dificultades técnicas de los barrancos de Sto Antão vienen dadas por las grandes verticales que están presentes en la mayoría de los barrancos, y por otro lado la dificultad de encontrar en su sitio las instalaciones, ya que en muchas ocasiones roban aquellas que encuentran accesibles. Puede parecer extraño pero es que en ocasiones acceden a los lugares mas insospechados por senderos inimaginables.
El botín resulta para los ladronzuelos casi un tesoro, ya que seguramente sea lo más valioso y raro que jamás van a tener. Por poner un ejemplo, en el inicio de Poio, no quedan chapas en las reuniones de los rápeles, eso si, se puede descender fuera del cauce por alguno de esos senderos que los cabreros o agricultores utilizan para acceder al lecho del barranco, un poco más adelante encontramos una cabra atada con un mallón.
En Boca dos Caboucos encontramos que en el rapel mas largo, habían golpeado los espárragos de los parabolts hasta hacerlos desaparecer.
Pensar en meter un spit o un parabolt sin taladro, no es tarea fácil en Cabo Verde, primero hay que encontrar la beta de basalto, que es el único sitio donde se pueden poner, por que el resto son cenizas compactadas que carecen de resistencia alguna. Una vez encontrado el basalto, rezar para que se deje taladrar.
Como era evidente que si dejábamos de nuevo chapas las iban a volver a robar, donde la configuración del terreno lo permitía, instalábamos el rápel para el grupo, y el ultimo recuperaba la chapa y destrepaba.
En otros casos tuvimos que montar los rápeles a “la americana”; amontonando piedras, utilizando piedras empotradas o enterradas en el cauce, en fin, toda una aventura.
Una vez acabado el encuentro hicimos una ruta en 4x4 (no se puede hacer de otra manera, bueno sí, a pie pero habría que emplear una buena semana), por la parte Oeste de la isla, la parte sin duda mas pobre y árida. Es un recorrido que quedará gravado en nuestras pupilas y en nuestros recuerdos, por mucho tiempo. Un paisaje volcánico, casi lunar, donde sus moradores son verdaderamente supervivientes.
Mis agradecimientos a Eduardo y Lea, quienes hicieron un magnifico trabajo de organización, y con quien tuvimos la oportunidad de disfrutar unos días más de estancia en la isla.
Con ellos tuvimos el placer de abrir un barranco en el oeste de la isla, Ribeira das Lajas. Un descenso seco, pero una maravilla para los ojos, de nuevo formaciones de basalto y cenizas de colores que se graban a fuego en la memoria, con largas tiradas de cuerda, que además ponen el punto picante al descenso.
No puedo ni llegar a imaginarme el festival que supondría para los sentidos el viajar allí en la época de lluvias, así que sin duda habrá que considerar el regreso en la estación húmeda. Sobre todo después de ver el precioso vídeo de J.A Pacheco y Eduardo Gómez.
En la parte norte los descensos que realizamos fueron:
Praia Lisboa
Ribeira das Lajas
Tarref da cima
Riveira de Endriano
Esdrougal
Ribera peregrina
Vinha
Y en la parte sur:
Ribera do Poio
Boca dos Caboucos