Juego o imprudencia

Todos, alguna vez, hemos cometido alguna que otra tontería, bien por iniciativa propia, bien dejándonos empujar por la de otros, por supuesto yo también. Una de mis experiencias personales, imprudencia o acto irresponsable que afortunadamente no tuvo consecuencias pero que podría haberlas tenido.

Claudio y Renata, al inicio del pasamanos en Gorgonchón, caudal de estiaje

Marzo de 2001, barranco de Gorgonchón, un domingo soleado, buscábamos un descenso corto porque el día anterior habíamos hecho Mascún, y era la primera actividad después de casi 4 meses de parón por la lesión vertebral de mi compañero en esta época. Mi nivel técnico en esta época se reducía a pasar la cuerda en doble y por la mitad en la reunión, a rapelar con soltura y poco más. El Gorgonchón iba fuerte, tenía bastante espuma, yo todavía no sabía nada de aguas vivas, pero al ver aquello realmente me asusté. Estabamos ya al inicio del pasamanos, la cuerda del pasamanos estaba rota y sólo llevábamos una pequeña cuerda para rapelar desde el final del pasamanos. Mi compañero intentó colocarse en oposición espalda-rodillas, para iniciar el pasamanos , yo debía asegurarle desde el anclaje del inicio. El no podía progresar con seguridad debido a su tamaño, entonces me pidió que lo hiciera yo, que siendo mas pequeña no debería tener ningún problema.

Manu, instalando el rapel al final del pasamanos.

Por mi cabeza pasaban todas esas noticias de gente que se había ido al agujero y habían muerto ahogadas, y dije que no, que yo no me atrevía a hacerlo. Disyuntiva: que hacer, continuar o salir por detrás. El decía que era más fácil salir por abajo y yo que no, que era mas fácil retroceder y salir por arriba.

Renata al final de pasamanos

La fuerza de la corriente era tal que yo no conseguía retroceder por el estrecho pasillo, mi compañero me ayudó y así conseguí encaramarme en una especie de nicho que hay en la roca a la derecha, fuera del agua. El consiguió remontar contra corriente unos metros hasta donde las paredes del barranco se cierran un poco para conseguir en oposición y escalada salir del barranco. Tarea nada fácil con botas de montaña y neopreno, y el estrés y el miedo a caerse, …. Una vez fuera, subió hasta el coche a por cuerdas y material de rescate para sacarme del barranco.

Renata en el rapel al final del pasamanos.

El estrés, y sobre todo el frío que empecé a sentir en esa media hora escasa que debió pasar hasta que mi compañero regresó, me hicieron no saber ni como hacer para remontar la cuerda que me lanzó, con lo cual, tuvo que sacarme él. Cuando llegué arriba, él estaba extenuado. Pero estabamos fuera los dos. Ese día tuvimos suerte, y nos fuimos a celebrarlo con una jarra de cerveza bien fresquita, ya que sin duda y sobre todo él, se la había ganado.

La cascada, desde el final del pasamanos, en caudal de estiaje

A partir de esto, me dije que hasta que no tuviera un nivel técnico aceptable no volvería a hacer un descenso en un grupo de dos.

Después de esto y durante un curso de aguas vivas, el agua me puso definitivamente en mi sitio, dejándome muy claro que la fuerza es suya y que en mi batalla contra ella, poco tengo a ganar. Se trataba de cruzar la vena central del río y ganar una contra que se formaba detrás de un gran bloque, cuando tuve que girarme para nadar y ganar la contra, mis brazadas no fueron suficientemente fuertes y la corriente me arrastró río abajo, afortunadamente bastante cerca de la orilla, aun así la corriente era tan fuerte, (...y solo cubría por las rodillas...), que no conseguía ponerme de pie, gracias a un monitor de apoyo y a otros compañeros de curso, que me sujetaron por el arnés, consiguieron frenar mi recorrido aguas abajo y sacarme del río. Desde entonces la espuma me gusta en la cerveza y si tengo que renunciar, lo hago sin complejos, porque lo que tengo claro es que del barranquismo, así como de otros deportes de montaña, lo que me gusta es disfrutar y pasarlo bien. Para momentos de tensión me quedan los que la vida se encarga de proporcionarte en otros ámbitos, incluso sin buscarlos. Me diréis que el listón del miedo, de la fuerza, de la técnica cada uno lo tenemos a un nivel, en eso estoy de acuerdo, ¿pero de que sirve ir al límite si eso te va a costar la vida?. Yo, personalmente lo tengo muy claro, de nada. Cuando era más joven, arriesgaba más, con el paso de los años esa necesidad de aumentar mi nivel de adrenalina en sangre se ha calmado, ahora prefiero vivir más intensamente de otra manera, más calmada, más tranquila, pausadamente. Terrible noticia La semana comenzaba con la triste noticia de la muerte de Oscar, un barranquista riojano, en el Llech, en la sierra del Canigou. El departamento francés correspondiente había decretado una prohibición hasta el 26 de Junio para los barrancos que tienen su cabecera en esta vertiente de la montaña en razón del fuerte caudal como consecuencia del deshielo que previsiblemente soportarían estos descensos por la cantidad de nieve caída hasta bien entrada la primavera. Ante todo mis condolencias y mi más sincero respeto por Oscar, sus familiares y los amigos que le acompañaban en el momento del trágico final. Pero las condolencias y los pésames no devolverán la vida de Oscar, ni el consuelo a sus familiares y amigos, porque sólo el tiempo cierra las heridas que la muerte de un ser querido deja en unas circunstancias como esta. No es mi intención hacer de abogado del diablo, sólo de analizar los hechos y reflexionar sobre ellos. Porque si analizando los errores que cometieron (en base al artículo que en un diario de la Rioja, recoge el testimonio del accidente de la mano de uno de los compañeros de Oscar en el momento del fatal desenlace), conseguimos evitar nuevos dramas del mismo estilo, la muerte de este compañero barranquista no habrá sido en vano. http://www.larioja.com/20090611/rioja-region/muere-ahogado-montanero-calahorra-20090611.html "Óscar se enfrentaba por sexta vez al descenso del barranco del Llech. Junto a él viajaban cuatro amigos también de Calahorra para quienes iba a hacer de guía en el descenso del cañón el pasado lunes. El fallecido conocía el barranco y se disponía a guiar a sus amigos. " Un descenso técnico como lo debía estar el Llech este día, no es para irse con tres amigos que posiblemente nada sepan de aguas vivas, a jugar al juego de la espuma. Para jugar al juego de la espuma es mejor que todos los integrantes del grupo estén debidamente instruidos y conozcan realmente a lo que se enfrentan. Las aguas vivas son un juego peligroso y hay que saber como jugar. A pesar de ello no hay que olvidar que la fuerza del agua es imparable y que intentar combatirla puede costarnos la vida aunque sólo sea por extenuación. "habían empezado el descenso hacia las 15.00 horas" A esta hora, y si el tiempo acompaña el caudal del barranco debería estar todavía en su máximo apogeo como consecuencia del deshielo. Y una hora un tanto tardana para cometer con margen de seguridad un descenso técnico. "apenas les quedaba una hora para concluir la bajada." ¿Entonces por que arriesgarse más de lo necesario y no utilizar el pasamanos?. Paece ser que en este punto del barranco hay un pasamanos alternativo que conduce a una línea de rapel fuera del punto problemático. "Allí un fuerte remolino y el elevado caudal de las aguas procedentes del deshielo arrastraron al joven. La verdad es que había más agua de la normal para las fechas en las que nos encontramos», explicó Raúl Pérez Marín, uno de sus compañeros. En realidad, en el barranco no estaba permitido realizar descensos hasta el 26 de este mes, «pero allí no hay ningún guarda que te niegue el acceso y es algo que se hace habitualmente; de hecho, en ese barranco todos los años hay entre dos y tres accidentes mortales», aseguró Raúl." Esta es una confirmación de que eran conscientes de donde se metían, pero saltarse una prohibición de este tipo es apostar muy alto, ya que no es lo mismo arriesgarse a una multa que arriesgarse a perder la vida. Aunque seguro que ninguno pensó en ello, porque en realidad no sabían lo peligrosa que puede llegar a ser la espuma o incluso sabiéndolo lo menospreciaron. Es importante saber renunciar, los barrancos estarán allí siempre. Justificar tus acciones basándote en que otros también lo hacen, y que si alguien pierde la vida allí no importa, porque esto es lo normal, me parece una reflexión vanal y totalmente irresponsable. Es como aquello de que si ves tirarse a alguien a un pozo, tú te tiras detrás. "Óscar «era un tío muy experimentado, había hecho el barranco varias veces y siempre nos animaba a hacerlo». Y recuerda también que el grupo estaba «alucinando con lo divertida que estaba siendo la tarde...» hasta que se truncó. «Por ir el primero -añade- fue él quien sufrió el accidente, a cualquiera de nosotros nos hubiese pasado lo mismo, así que hay que pensar que nos salvó la vida»." La euforia es peligrosa porque te hace sentir que no hay peligro, no sientes miedo, y la falta de miedo te hace tomar decisiones erradas. Ser el más experimentado te da tablas, pero cuando eres el más experimentado tienes que saber a donde llevas a tu grupo. Y por supuesto que siendo el más experimentado tu lugar está delante con lo cual tienes todas la papeletas para tí solo. Ser experimentado no te garantiza salir airoso de todas las situaciones. Todos los días oímos o leemos noticias de experimentados escaladores, montañeros o alpinistas que han perdido sus vidas de una u otra manera. Todos asimilamos que esto puede llegarnos un día, que nos puede ocurrir un accidente; porque jugamos en un terreno de juego inestable, pero una cosa es un accidente y otra cosa una imprudencia. "Sin comida ni mantas. Así estuvieron toda la noche hasta que un helicóptero de seguridad civil, un 'Dragon 66', regresó a la zona y pudo rescatarles hacia las 6.00 horas del martes. «Esperábamos que nos mandasen unas mantas térmicas y comida para pasar la noche, incluso a nuestros compañeros les comentaron que un equipo de rescate pasaría la noche con nosotros, pero no tuvimos más noticias hasta por la mañana» De manera que, agregó, tuvieron que pasar la noche a cinco grados y totalmente calados." Cuando realizamos un descenso, tenemos que equiparnos para el descenso y para los por si acasos. Un botiquín, mantas térmicas, algo de comida, unas velas, cerillas anti-humedad, un frontal de emergencia, incluso algo de ropa seca, no deberían faltar nunca en nuestro bote estanco. Hay que estar preparados para cualquier cosa y sobre todo por si tenemos que hacer noche en un cañón. No olvidar que el barranquismo se realiza en un ambiente especialmente hostil, sobre todo porque el agua y el frío pueden ocasionarnos problemas añadidos como la hipotermia. Tenemos unos cuerpos de rescate, que en condiciones normales nos sacaran de cualquier problema en un periquete, pero no hay que olvidar que ellos también son personas, no son superhombres y que si las condiciones de caudal muy alto lo son para nosotros, también lo son para ellos, y el hecho de salvar nuestra vida supone arriesgar la suya. Dependiendo de las condiciones meteorológicas y la morfología del barranco los helicópteros no pueden volar, así que culparles a ellos de haber tenido que hacer noche en estas terribles condiciones no creo que sea adecuado. A Raúl y a sus dos compañeros: Probablemente esto puede sonaros a reproche, y os diréis que quien soy yo para reprocharos nada. Ciertamente no tengo ningún derecho a hacerlo pero me he tomado la libertad de hacer esta reflexión, por que este tipo de cosas también me llegan al alma y me duelen. Y me duelen porque soy barranquista y me apasiona este deporte, y me identifico con vosotros y con vuestro dolor. Os deseo que repongáis pronto de esta perdida. Renunciar hubiera sido la maniobra más conveniente. Un amigo mío dice siempre que vale más un cobarde vivo, que un valiente muerto. Más reflexiones: Jugar con la espuma, es un juego peligroso, la espuma oculta los peligros acechantes; rocas, ramas, drosages, sifones, no verlos nos puede hacer perder la percepción real del peligro y esa falsa confianza, puede costarnos la vida. Arriesgar la vida en un sitio como este, donde por las informaciones recogidas hay otra alternativa, es un sin sentido.
En este juego hay que mantener la cabeza fría, para poder pensar con claridad, hay que pensar que si uno es el mas experimentado, tu tarea es la de sacar a tus compañeros y la seguridad debe ser la premisa.
No he tratado de cebarme en esta desgracia. Me pongo en el lugar de los familiares y amigos del fallecido y me pregunto ¿por qué lo han hecho, es que no podían hacer otro barranco menos peligroso?, ¿que necesidad tenían de buscar el peligro de esa manera?. Después de una tragedia como esta, el dolor es para los que quedan, que no tendrán nunca la respuesta de esas preguntas que les acompañarán atormentándoles el resto de su vida.

Oscar y Vero al inicio del descenso en estiaje

Este podría ser el tobogan donde ocurrió la tragedia.
El fantástico tobogan lanzadera

Grupos guiados haciendo cola. Un día de verano cualquiera.

Panorámica del barranco, con la sucesión alterna de cascadas

3 comentarios:

David_P dijo...

Excelente reflexión, me parecen del todo acertados tus comentarios. Es mas los suscribo al 100%. Ojalá sean de utilidad a alguien, antes de plantearse ciertos descensos.

Saludos cordiales

Gohan dijo...

Tienes razón en lo que dices, hay que tener un poco más de cabeza para tomar las decisiones, además si encima eres el responsable de un grupo de gente que va contigo.

La muerte de Óscar me duele en el alma porque lo conocía personalmente debido a que era amigo de mi familia desde siempre y hemos trabajado juntos durante tres años, todavía me cuesta creerlo cuando lo pienso. Debo decir que él realmente era una persona bastante experimentada y responsable en ese sentido, no entiendo que es lo que pudo pasar pero ha sido una desgracia.
Todavía no he podido hablar con las personas que lo acompañaban, y a las cuales también conozco bien, pero se que estarán destrozados por la terrible experiencia.
Me queda el consuelo de que murió haciendo algo que le gustaba. Descanse en paz.

Obdulia dijo...

Gohan, mucho ánimo para ti y todos los que conocían a Oscar.
Es muy probable que el estres de la situación le llevará a actuar así. Sólo el lo sabe.
Esta, ha sido una muy dura semana para todos los que amamos el barranquismo.
Como tu bien dices el consuelo para todos es que se han ido haciendo lo que más les gustaba.
Un abrazo.